domingo, 26 de abril de 2009

Videodrome


Demencial, pesadillesca, visceral, grotesca. Todos estos apelativos y muchos otros se le podrían asignar a este film del siempre extraño Cronenberg. Esta odisea moderna está protagonizada por Max Renn (James Wood), dueño del canal 83, en donde se transmiten mayoritariamente programas piratas en donde el sexo y la violencia son el eje central. Un día logra dar con una señal pirata en donde transmiten un programa en que se tortura a los participantes, y luego terminan asesinados. Lo que luego descubre Max es que en realidad este programa no es ficticio, sino que es un show real televisado, y que además, tiene un nombre: videodromo. Se obsesiona tanto con este programa, que Max comienza a entender de qué se trata el videodromo... que no es sólo un show, sino un sistema mucho más complejo que aboga por el control y la sumisión social, y que los ojos de este siniestro complejo están puestos en él ahora, para maquinar este ideal. Y es a partir de todo este argumento en donde se desmenuza la historia autodestructiva de este hombre y de su medio, que no es otro que el medio televisivo. Y la televisión no es sólo un medio de comunicación, sino que como dice Brian O'Blivion en el film "es la retina del mundo". La televisión es la sociedad real en sí misma, en donde no hay diferencias entre lo ficiticio de un programa y la verdad de la vida. El videodromo es tan complejo poque está en todos los espacios sociales, por eso es imposible evadir sus alucinaciones y, finalmente, sus órdenes hipnóticas.

La película tiene elementos notables que la llevan al sitial de pelicula de culto: un trato de la cámara al que Cronenberg ya nos tiene acostumbrado, un argumento algo confuso pero potente, un ritmo vertiginoso, y claro, siendo Cronenberg, no podían faltar las imágenes impactántes que van nutriendo el relato fantástico y de suspense del filme. La visión del autor como crítica a la televisión está clara: un medio alienante para el ser humano y manejada por seres oscuros que destellan estos rayos catódicos para sus propios fines. Hace tiempo ya que la televisión pasó a ser parte de la realidad misma de la cultura occidental, donde ya no hay límites entre la ficción y la vida real. Las personas según el profeta canadiense terminarían siendo rebaños para los poderosos que le darían órdenes subliminales de cómo comportarse en su vida en general. Lo interesante de la película es que Cronenberg lo lleva a niveles ridículos que termina inquietando al espectador, como es la modificación incluso corpórea del humano al contactarse con el videodromo, como nuevos órganos surgidos en el cerebro, la fusión con máquinas (notable la escena en donde Max termina asimilando a su cuerpo una pistola con la que mata tanto a sus socios como a la cabeza visible de videodromo, y también a sí mismo), y agujeros en el abdomen emulando una vagina en donde se depositan videotapes que dan las respectivas instrucciones.
Como es común en Cronenberg, el ser humano se termina por fusionar con sus máquinas, siendo estas una expansión de lo biológico y mental. Esto, lejos de ser algo positivo, es un signo alienante del hombre con su medio tecnológico. Es por eso que Max se termina revelando contra todo su mundo, quitándose la vida, por lo menos corpóreamente, dando paso a la "nueva carne" con la que hacer frente al videodromo, que lejos de de desaparecer, parece haber agarrado más fuerza luego de lo acontecido en la película.

En síntesis, "Videodrome" es una excelente película, extraña por sobre todo, y con grandes logros tanto a niveles visuales como narrativos. Para los amantes de lo bizarro, imprescindible. Para el públio en general, interesante.

Ficha Técnica

País: Canadá
Año: 1983
Dirección y guión: David Cronenberg
Edición: Ronald Sanders
Elenco: James Wood, Sonja Smiths, Deborah Harry, Peter Dvorsky, Lee Carlson, Jack Creley, Lynne Gorman.
Género: Thriller, Ciencia Ficción, Horror

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